jueves, 12 de febrero de 2009

Hombre que mira el cielo. Mario Benedetti.


Mientras pasa la estrella fugaz

acopio este deseo instantáneo

montones de deseos hondos y prioritarios

por ejemplo que el dolor no me apague la rabia

que la alegría no desarme mi amor

que los asesinos del pueblo se traguen

sus molares caninos e incisivos

y se muerdan juiciosamente el hígado

que los barrotes de las celdas

se vuelvan de azúcar o se curven de piedad

y mis hermanos puedan hacer de nuevo

el amor y la revolución

que cuando enfrentemos el implacable espejo

no maldigamos ni nos maldigamos

que los justos avancen

aunque estén imperfectos y heridos

que avancen porfiados como castores

solidarios como abejas

aguerridos como jaguares y empuñen todos sus noes

para instalar la gran afirmación

que la muerte pierda su asquerosa puntualidad

que cuando el corazón se salga del pecho

pueda encontrar el camino de regreso

que la muerte pierda su asquerosa

y brutal puntualidad

pero si llega puntual no nos agarre

muertos de vergüenza

que el aire vuelva a ser respirable y de todos

y que vos muchachita sigas alegre y dolorida

poniendo en tus ojos el alma

y tu mano en mi mano

y nada más


porque el cielo ya está de nuevo torvo

y sin estrellas

con helicóptero y sin dios

No hay comentarios:


Seguidores


"Lo que yo queria era jugar,solamente eso...Y el Cesar me dio toda la libertad para hacerlo.Yo me divertia jugando,era mi vida,es mi vida.Yo queria jugar y ser libre, eso..."


Contribuyentes




Diego

Diego Capusotto

Luis Alberto Spinetta

Charles Bukowski

Gandhi

Mario Benedetti

Mercedes Sosa

Roberto "El polaco" Goyeneche

Julio Cortazar

Arturo Jauretche

Ernesto "Che" Guevara

John Lennon

Charly Garcia

Emir Kusturica

Joaquin Sabina

Enrique Santos Discepolo

Leopoldo Marechal

Perón y Evita

Enrique Symns

Jim Morrison

Roberto Fontanarrosa

El eternauta