Alfredo Andres - ¿Qué recuerdos tiene de ese día?
Leopoldo Marechal- Era muy de mañana, y yo acababa de ponerle a mi mujer una inyección de morfina ( sus dolores lo hacían necesario cada tres horas). El coronel Perón había sido traído ya desde Martín García. Mi domicilio era este mismo departamento de la calle Rivadavia. De pronto, me llegó desde el oeste un rumor como de multitudes que avanzaban gritando y cantando por la calle Rivadavia: el rumor fue creciendo y agigantándose, hasta que reconocí primero la música de una canción popular, y enseguida su letra: " Yo te daré, / te daré, Patria hermosa, / te daré una cosa, /una cosa que empieza con P, /¡Perooón!". Y aquel Perón resonaba periódicamente como un cañonazo
A. A. - ¿Qué hizo usted entonces?
L. M. - Me vestí apresuradamente, bajé a la calle y me uní a la multitud que avanzaba rumbo a la Plaza de Mayo. Vi, reconocí y amé los miles de rostros que la integraban : no había rencor en ellos, sino la alegría de salir a la visibilidad en reclamo de su líder. Era la Argentina "invisible" que algunos habían anunciado literariamente, sin conocer ni amar sus millones de caras concretas, y que no bien las conocieron les dieron la espalda. Desde aquellas horas me hice peronista.
Fragmento del Libro Palabras con Leopoldo Marechal de Alfredo Andres- Editorial Ceyne 1990
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